viernes, 30 de noviembre de 2007

De luto.

Ayer 29 de Noviembre falleció la madre de un
gran amigo nuestro, Ex – Magna Vita, compañero de andanzas por las tierras australes y los pasillos iluminates de la Música Rock.

Fuerza.
Que su madre descanse en Paz



miércoles, 21 de noviembre de 2007

No a la planta de gas en Peñalolen.

Todos los Parlamentarios sin importar su "Color" Político están en contra de la planta de Gas, El Alcalde está en contra la planta, los Vecinos también están contra la Planta: Por la Seguridad de los habitantes de la Comuna de Peñalolen, y por defender una zona de preservación ecologíca informate en:

http://www.noalaplantadegas.org/

lunes, 12 de noviembre de 2007

Entre el cielo y la Tierra ( Cuento ganador de Leo Hernández en Concurso de Radio Futuro)


En estos días en que se discute si la cumbre Iberoamericana sirvió para algo, y “¡Que te calles te digo¡” se convierte un icono político –monárquico- pop , tengo el agrado de presentarles un cuento de mi amigo y rockero Leo Hernández ; Texto narrativo con que este periodista egresado de las conservadoras aulas de la Pontificia Universidad Católica De Chile, nos lleva por las cumbres de la libertad de la cultura de rock. ( EN LA FOTO LEO -CONVERSANDO CON BOB DYLAN)

Disfruten de la buena literatura:……saludos habitantes del Planeta.


Entre el cielo y la tierra:
Por Leo Hernández.

Pareces un toro, respirando fuerte, bramas de vez en cuando. Vas de un lado a otro de ese mugroso camarín, reclamando con tu agente que el whiskey es asqueroso, y no el Jack Daniel’s que pedías en el contrato. No importa, agarras una botella y das el último y largo sorbo. Quema. Ya es hora. Gritas. Te tiran una toalla y te secas un poco la frente y el pecho. Escupes. Subes la escalera acompañado por tu agente y otros estafadores que te dan palmadas en los hombros y te estrechan la mano, como a un boxeador. Los flashes de los fotógrafos, las estroboscópicas, los lasers, y los cuatro fogonazos que explotan frente a ti te enceguecen, mientras corres hacia el centro de ese enorme escenario y tomas el micrófono entre los primeros redobles de tu baterista. La gritería te tapa los oídos, y para destaparlos un poco das el primer alarido, atronador, filoso, espeluznante, que golpea los estómagos de tus 30 mil fanáticos presentes. Dejas el micrófono, que tiene colgados unos cuantos pañuelos a lo Steven Tyler, y levantas ambos brazos a la altura de los hombros, mostrando los tatuajes de sirenas, minas en pelota, cruces al revés, demonios, dragones y otras estupideces que decoran tus músculos, cuidados con horas de gimnasio y tu instructor de kung-fu. Sacudes un poco la cabeza, con tu cabellera salvaje, antes de ponerte a cantar con esa voz que eriza la piel de las fans que se derriten por tí, y que hace estallar un estadio repleto de gargantas desgarradas que corean contigo, esa voz que sale en las radios de todo el mundo a cada hora. En ese instante eres sobrehumano. Te gusta ver las caras de la gente en la cancha, la histeria, el sudor cayendo por sus cuerpos al ritmo que les digas. Una rubia de la segunda fila, sentada sobre los hombros de alguien se levanta la polera y te muestra sus pechos, iluminados con los fuegos artificiales que salen del escenario. Tú le respondes sacando la lengua a lo Gene Simmons, mientras la miras y te meneas junto al pedestal del micrófono. Todo el mundo se sabe tus canciones, gritan tu nombre, gritan “I love you!”, podrías hacer tuya a cualquiera de las treinta mil mujeres que pagaron por verte y que empapelan sus dormitorios con tus fotos con cara de problema seguro y tus ojos pintados, meneándote con tus pantalones de cuero, tus cadenas, tus tatuajes, tus pañuelos. Corres de un lado a otro mientras tu guitarrista se deshace en el mejor solo de la historia. La audiencia delira con cada uno de tus ‘Yeeeeah!’. Termina la canción y los aplausos no se apagan. Tú los miras y sonríes. Es el cielo. Es la gloria misma. Cada gota de tu sangre es de fuego, cada gota de sudor de tu frente es alucinógena. Corean tu nombre y el de tu grupo... “¡Joven!”... “¡Joven!”... “¡Joven!”...Miras hacia el lado y el chofer te hace señas. “Joven, hasta aquí es el recorrido, tiene que bajarse”. Te sacas los audífonos justo cuando Pirincho Cárcamo anuncia la siguiente tanda de canciones en Radio Futuro, y apagas el pequeño receptor que te regalaron para tu cumpleaños, volviendo bruscamente a esa micro helada en la que eres ya el único pasajero. Miras por la ventana y ves una población. Te vuelves a poner los audífonos mientras caminas al paradero de vuelta y piensas en cuál será la mentira que dirás esta vez por llegar de nuevo atrasado al colegio.

domingo, 4 de noviembre de 2007

SANTIAGO: LOCURA, SMOG Y MELANCOLÍA










Santiago es un hibrido, una medusa con incontables cabezas: Es una cuidad bizarra, surrealista, en otras ocasiones resulta fome ( como acompañar a misa a la abuelitos y a los sobrinos revoltosos), así mimos a veces el manto triste de Santiago brilla como una película de Win Wenders…..entonces navegar en barcos hacía la nada se convierte en algo necesarío.












...."En Santiago los días son interminablemente largos: Varias eternidades en un dia"( Nicanor Parra)
















....."La cuidad está triste" ( Ramón Díaz Eterovic)